domingo, 29 de abril de 2012

Las Tres Marías


Las Tres Marías

Allí en el Cielo, desde el Cuarto día de la Creación; mora en el Cielo, como el Rosario diario, la bella constelación conocida como "Las Tres Marías". Uno eleva la vista en cualquier noche despejada y allí están, las Tres Marías, para recordarnos alguna importancia divina. La Santísima Trinidad siempre ha escogido la lumbrera tripartita para deslumbrarnos; desde el tritono del acorde perfecto en música, (con su fundamental, dominante y subdominante) hasta los tres varones que se presentaron ante Abraham como figura de Ella (Gn. 18, 2). Y ciertamente el saber que sólo en el Padre, Hijo y Espíritu Santo (en cuyos nombres es únicamente válido todo bautismo y posible toda salvación humana) encontramos nuestra causa final; es lo que toda pupila nocturna ha de reflejar; mientras examina su conciencia por el día vivido con el que se va a dormir.

El nombre de las Tres Marías nos lo da la Tradición; por las tres santas mujeres que acompañaron el Holocausto de Cristo en el Calvario; pero ellas a su vez; especialmente la central (Nuestra Santísima Madre); puede pasearnos por toda la historia (y la profecía) de la Redención: Los Tres días que estuvo Jonás en la Ballena; figura a su vez de Cristo, muriendo y resucitando después de bajar a los infiernos; los Tres naufragios de San Pablo; con los que se recuerda las Tres caídas de Cristo y de las cuales se aprende que cada vez que caigamos; siempre debemos aceptar con humildad y valor la gracia de levantarnos y seguir. También podemos recordar los Tres santos que en Daniel (3, 22-28) salieron vivos del horno; milagro que evidenciaba su pureza de no aceptar a ningún dios falso; o pensar en los Tres Meses que fue escondido Moisés; figura de los Tres meses en los que el Precursor de Cristo (San Juan Bautista) recibió en su escondite maternal las bendiciones y gracias de Cristo a través de la estadía de la Santísima Virgen en la casa de Isabel. Podemos pensar en los Tres Clavos de Nuestro Señor en la Cruz o en las Tres veces que nos golpeamos el pecho en el Confiteor y en el Pésame.

Allí están las Tres Marías; constelación tan bella como mariana. En estos tiempos de Apostasía, de Sacrificio Perpetuo abolido, de Anticristo y Cumplimiento del Apocalipsis; la Virgen tal vez nos recuerde como en Fátima, todas las noches; la obligación a su santa devoción; a su maternal corazón inmaculado que "finalmente triunfará". En esa esperanza, entonces, recordar y cumplir lo que nos pidió que hiciéramos todos los días de nuestra vida: Rezar el Santo Rosario completo.

"Por tres cosas tiembla la tierra, pero por una cuarta no se puede sostener" (Prov. 30, 21) nos advierte el Proverbio. En una época de terrible tiniebla; aún en la noche, las Tres Marías nos recuerde que debemos ofrecer nuestros dolores, trabajos y el rezo diario de Los Tres Quinarios del Santo Rosario.





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